Enviado por Juanmari a través de Google Reader:
Venga, que sois muchos los que nos pedís constantemente que toquemos también al hermano fotográfico de Photoshop, el imprescindible Lightroom. Hoy os voy a enseñar o recordar, según el caso, un par de herramientas que nos hacen la vida mucho más fácil a la hora de sentarnos a editar nuestras fotografías. Vamos a verlas…
Copiar y Pegar ajustes
Esta utilidad es de una ayuda vital, en cuanto la conoces y empiezas a trabajar con ella entras en el siguiente nivel, en la autopista de la edición. La idea es bien sencilla pues se limita a copiar los ajustes que hayas realizado sobre una fotografía para exportarlos a otra. Así dicho parece sencillo pero imaginad que dos clics de ratón (el derecho para abrir el menú contextual y el izquierdo para pulsar en pegar ajustes) son suficientes para revelar una fotografía pegando los ajustes realizados sobre una anterior.
Funciona de la siguiente manera:
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Revelas un RAW
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Vas a Ajustes -> Copiar ajustes o pulsas Control+Mayúsculas+C
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Marcas los ajustes que quieres exportar a otras fotografías
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En la Biblioteca de Lightroom, sin necesidad de entrar en Revelar, haces clic derecho sobre la fotografía sobre la que quieras pegar los ajustes, bajas en el menú contextual hasta Ajustes de revelado y pulsas en Pegar ajustes.
Es realmente sencillo. ¿Cuándo podemos usar esta herramienta? En infinidad de ocasiones. Imaginad que estamos haciendo una sesión de fotografías en exterior, todas bajo las mismas condiciones de luz. En la primera fotografía incluimos en el encuadre una carta de ajuste para el balance de blancos (una cartulina o un folio blanco nos puede servir). Abrimos en el revelador esta primera imagen para ajustar el balance de blancos tomando como referencia el blanco puro de nuestra carta o folio, copiamos el ajuste y lo pegamos sobre el resto de fotografías que se tomaron bajo las mismas condiciones lumínicas. Así de rápido y sencillo y podemos pegar cualquier ajuste, correcciones de lente en la última versión del software, recortes o hasta eliminación de manchas, muy útil si estamos trabajando con un objeto que permanece estático.
HSL
Esta herramienta es también de enorme ayuda aunque hay que usarla con mucho cuidado porque sus efectos se aplican a toda la imagen. Al pulsar sobre HSL accedemos a tres controles: Tono, Saturación y Luminancia junto con los deslizadores para cada color. Os podéis imaginar para qué sirven pues no tiene mayor misterio pero es posible que hayáis pasado por alto ese control que aparece a la izquierda, representado por un circulo con el que podemos seleccionar directamente sobre la fotografía el tono sobre el que queremos actuar. Se ve mejor con un ejemplo claro:
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Abre una fotografía en la que se vea cielo azul
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Abre, en el revelador, el ajuste HSL
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Selecciona Luminancia y pulsa sobre el circulo de Ajustar luminancia mediante arrastre en la fotografía
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Pincha en el cielo azul y sin liberar la pulsación arrastra el puntero hacia abajo. Verás como se mueven los deslizadores hacia la izquierda y el cielo se oscurece.
Una forma sencilla de oscurecer o aclarar un cielo sin selecciones complicadas. Esto es solo un ejemplo de lo poderosa que puede ser la herramienta, debéis practicar para sacarle todo el potencial a ella.
Si ya conocíais estas dos utilidades de Lightroom os ha servido para recordarlas y si aun no las conocíais estoy seguro que a partir de ahora estará siempre presente en vuestras jornadas de edición frente al ordenador.
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