Enviado por Juan Mari a través de Google Reader:
A la hora de encarar los retratos, ya sea de nuestros seres queridos, familia, amigos o incluso desconocidos, hay que cuidar muchos detalles, pero uno esencial que no siempre se le presta demasiada atención es la composición. Fundamental para transmitir sensaciones, destacar algún elemento o simplemente para reflejar un estado de ánimo, cuidar bien el encuadre ayuda sobremanera a mejorar nuestros retratos.
Aunque el sujeto es el elemento principal, nos solemos preocupar también, a la hora de retratarlo, de aspectos básicos como cuidar la iluminación, elegir un buen entorno o de lograr el momento propicio para capturar una sonrisa o una mirada. Pero, en ocasiones, nos olvidamos que es fundamental examinar con esmero el escenario y seleccionar el encuadre más adecuado según nuestras pretensiones.
Vamos a repasar algunos sencillos consejos para cuidar este detalle y con ello mejorar nuestros retratos. Como veréis, son muy simples y basta tenerlos en cuenta y experimentar para comprobar cómo se logran resultados más óptimos.
- Fijar toda la atención en el sujeto. En ocasiones los elementos del entorno pueden ser una distracción a la hora de observar un retrato, así que cuidemos que no aparezcan ramas de árbol, o cualquier objeto, que tome demasiado protagonismo en nuestra composición. Si en determinadas circunstancias no se puede eliminar del encuadre, pues podemos integrar a nuestro retratado en él, pero siempre dándole el mayor énfasis y tan sólo añadamos objetos o fondos que agreguen interés visual. O también nos puede servir para añadir información sobre el propio sujeto.
- Cuidar el fondo. Es algo muy básico, pero que hay que estudiarlo bien. En ocasiones no encontramos un fondo neutro para lograr un retrato detallado, por lo que debemos usar entonces una apertura de diafragma grande para lograr un desenfoque adecuado. Aún así, no está mal hacer varias tomas, con ángulos distintos para comprobar qué fondo (más o menos desenfocado) se adecua más.
- Probar con distintos ángulos. Como acabamos de comentar, en ocasiones con simplemente mover la cámara a una posición más alta o más baja nos puede ayudar mucho para mejorar el tema. Cuidando la perspectiva, desplazándonos ligeramente y haciendo que nuestro retratado gire el cuello ligeramente podemos lograr mejores resultados y eliminar elementos del fondo que pueden distraer.
- Llenar el encuadre. Es más habitual en los principiantes tomar retratos de cuerpo entero, pero hay que probar a aproximarse y llenar el cuadro con el rostro de nuestro retratado. Es algo a lo que hay perderle el miedo, porque a veces un gran primer plano, con una mirada profunda o una bonita sonrisa puede resultar un magnífico retrato.
- Mantener los ojos en el tercio superior del encuadre (o no). Es una norma habitual, una regla heredada de la pintura, que simplemente sirve para lograr retratos más naturales. Pero, como siempre insistimos, también podemos saltarnos las normas y experimentar. Se pueden conseguir retratos más originales y llamativos si hacemos una excepción a esto.
Y como siempre comentamos, lo importante es poner todo ello en práctica. Probar, disparar muchas fotografías y, no nos olvidemos, que lo más importante en un retrato es el sujeto. Así que intentemos siempre sacar lo mejor de ellos, capturar su esencia a través de su mirada.
Fotos | Mi Flickr | Valiente Verde | Lee Jordan…ockermedia
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