Enviado por Juanmari a través de Google Reader:
El año 2009 seguramente será recordado por ser aquél en el que aparecieron las cámaras compactas de lentes intercambiables, todas ellas con un sensor Cuatro Tercios y sin espejo réflex; las llamadas EVIL.
Desde la aparición de las primeras cámaras compactas con sensores pequeños, la evolución lógica parecía ser la de llevar la calidad del sensor de una réflex a una cámara compacta y que además pudiéramos intercambiar las lentes de éstas.
Han sido Olympus y Panasonic con las E-P1 y GF1, respectivamente, las que han saltado al mercado como las primeras cámaras EVIL. Samsung también ha querido hacerse un hueco en el mercado con su NX10, que pretende ser una réflex sin espejo, pero manteniendo la forma típica aunque disminuyendo considerablemente su grosor, eso sí, conservando el sensor APS-C.
¿Hacia qué público van dirigidas?
Para entender esta filosofía, quizás deberíamos ir un poco hacia atrás y pensar hacia qué tipo de público van dirigidas estas cámaras. Los fabricantes de cámaras parecen convencidos de que su mercado consiste principalmente en gente que sólo usa cámaras compactas y que quizás se vean tentados a comprarse una réflex, pero no se sienten seguros a dar el salto debido a su tamaño y complejidad.
Así que por lo visto parece que su intención inicial de construir tan sólo objetivos pequeños, es para que exista una buena línea de separación entre las cámaras EVIL y réflex, aprovechando de paso que un objetivo grande echaría a muchos clientes para atrás.
Sin embargo, las cámaras EVIL no tienen por qué ser sólo para el aficionado que quiere algo más; ya que seguro que hay muchos profesionales a los que les gustaría tener un segundo cuerpo mucho más versátil que el de su réflex, pero que pudiera tener un juego de objetivos que le permitieran exprimir su creatividad.
¿Para qué sirven?
Ahora tendríamos que definir para qué sirven estos objetivos tan luminosos y sencillos que traen las cámaras EVIL. Cualquier tipo de objetivo, ya sea gran angular, o teleobjetivo; nos ofrecerá buenos resultados en condiciones de luz favorables. Sin embargo, los teleobjetivos dejan de ser tan buenas opciones para fotografía de interiores. Entre otras cosas porque para hacer retratos de grupo no es necesario un zoom muy potente, y porque éstos son menos luminosos, por lo que tendremos más posibilidades a que nuestras fotos salgan trepidadas.
Considerando al público al que van dirigidas estas cámaras, podemos ser conscientes de que la mayoría de fotografías se harán a gente, en interiores y en condiciones de luz poco favorables. Por eso, las lentes de gran luminosidad y con focales muy pequeñas son ideales para este tipo de cámaras; además, son más pequeñas que el resto, lo que se convierte en otro aliciente más.
En la segunda parte de este artículo seguiremos analizando distintos aspectos de estas cámaras
Imagen de cabecera | Let's Go Digital
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