Enviado por Juanmari a través de Google Reader:
Ya que el otro día os hablé de Steve Duncan y su proyecto sobre los mundos subterráneos y desconocidos de las grandes metrópolis, hoy os voy a presentar algo que visualmente enlaza a la perfección, y además viene de la mano de un fotógrafo de primera fila, así que creo que os gustará.
Robert Polidori es un fotógrafo norteamericano, nacido en Montreal y afincado en Nueva York, del que podemos decir sin ningún temor a equivocarnos que es uno de los grandes. Sin duda él sí es uno de los fotógrafos que hay que conocer, y con más razón estando en activo en la actualidad y teniendo la tremenda repercusión que tiene, pues no podemos tacharlo de "vieja gloria" o de "clásico", en el mal sentido me refiero.
Es un gran especialista en fotografía arquitectónica, y eso se nota mucho en sus trabajos en los cuales todo está en su sitio, pero si me preguntaseis por la calle o en una charla entre amigos qué tipo de fotos hace Robert Polidori yo os contestaría muy probablamente que practica una fotografía post-apocalíptica, mostrando reportajes llenos de escenarios, tanto exteriores como interiores, de los restos latentes donde se reflejan las consecuencias devastadoras de las grandes catástrofes.
Para gustos los colores, como siempre, pero yo os recomiendo que veáis al menos dos de sus trabajos, que son los que hizo sobre Chernobyl y sobre las consecuencias del huracán Katrina en Nueva Orleans, porque me parecen realmente escalofriantes a nivel de contenido y además técnicamente perfectos.
Hablando mal y rápido, hace fotos de lugares destruidos y abandonados tras una gran catástrofe, como podéis ver en la galería que os dejo en este artículo, pero las de Robert no son simplemente fotografías post-apocalípticas de algún sitio que fue arrasado, sino que son un ejercicio brutal de reflexión sobre nuestra fragilidad como especie y sobre la incoherencia que padecemos como civilización, lo indefensos que estamos ante aquello que está por encima de nuestro control y lo paradójicos que podemos llegar a ser.
Sin mostrar ni a una sola persona en sus fotos, sus trabajos son capaces de poner de manifiesto todo el sufrimiento que hay detrás de esos acontecimientos, la huella humana, evocando la esencia de esos lugares y su significado a través de los detalles que nos indican por ejemplo que esa habitación destrozada en la que ha entrado un árbol estaba habitada por personas, probablemente por niños, pues distinguimos a lo mejor un juguete desgarrado y ennegrecido que se ha quedado olvidado.
Sus fotografías tienen esa fuerza y esa riqueza de significado, porque no son solo fotos sino que son también textos visuales sobre el marco y el momento histórico, político, económico, geográfico y social de ese lugar, pero además nos cuenta esas historias con unas imágenes impresionantes, poderosas y visualmente geniales, y creo que es por eso por lo que Robert Polidori es Robert Polidori, porque si sólo fuesen buenas historias para eso ya tenemos los libros.
Por supuesto, trabaja con cámara de placas, a la vieja usanza, lo cual está presente en su estilo de fotografía. Y para los que seáis unos entusiastas del equipo y en concreto de las cámaras fotográficas, os recomiendo que le echéis un vistazo al fotógrafo que le construyó su cámara de formato 8×10, que se llama Kipp Wettstein.
¿Qué os parecen este planteamiento de reportaje documental y este tipo de fotógrafos? Espero que os guste la galería y la recomendación a los que no conocíais a este fuera de serie.
Página oficial | Nicholas Metivier Gallery
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